Crónicas de Medianoche: ¿Dónde estabas hace 10 años cuando Valparaíso ardía por los cuatro costados?

Crónicas de Medianoche: ¿Dónde estabas hace 10 años cuando Valparaíso ardía por los cuatro costados?

19 Abril 2024
En la calle sonó mi celular. Era el director de la Estrella. Me pregunto: “¿andas curado? Le respondí: “obvio, es sábado”. Me pidió que trabajara el domingo ya que la ciudad estaba bajo un incendio salvaje.
Ajenjo >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Esta ciudad tiene una relación cuática con los incendios.

De niño crecí escuchando la terrible historia del 1 de enero de 1953, conocido como “El incendio de la barraca Schulze”, donde una bengala cayó sobre la estructura, originando el siniestro. Los bomberos no advirtieron el peligro oculto en la parte posterior de la manzana, en calle Blanco 2064. Allí, en el almacén de vialidad, se encontraban escondidas varias toneladas de dinamita, cajones de pólvora, tambores de petróleo, parafina y bencina, ocultas ilegalmente (un clásico de Valparaíso). Cuando eran las 3 de la mañana, una fuerte explosión se sintió en prácticamente toda la ciudad  y una gran columna de fuego se elevó por varios metros. Murieron 31 bomberos, además de 14 personas que miraban el incendio.

Una tremenda tragedia.

El sábado 12 de abril del 2014 empecé a tomar temprano, como todo fin de semana. Mi segunda esposa había decidió abandonarme en marzo, y se fue con mi hija de dos años. Estaba enfrentando otro divorcio y andaba con la depresión alcohólica.

No tengo recuerdos de donde almorcé, pero en la tarde fuimos a la galería Worm. En esa hermosa casa del cerro Merced, bebiendo vino en el gran balcón exterior, vimos como empezaba a bajar gente gritando que se estaba quemando todo. Algunos venían sin polera, tiznados, asustados y se refugiaban en la plaza O´Higgins.

No le tome el peso al asunto. Estaba acostumbrado a los incendios. Nos fuimos a una tocata punk en la desaparecida La Cantera. En ese subterráneo bailábamos y tomábamos, mientras la ciudad ardía como una brasa gigantesca. Llegaron los ratis al local y nos pidieron desalojar. Nadie los pescó y nos dijeron: “atrás de nosotros vienen los milicos y los sacaran a patadas”. El pogo siguió su ritmo hasta que, en realidad, llegaron los milicos en camiones y todos salimos corriendo.

En la calle sonó mi celular. Era el director de la Estrella. Me pregunto: “¿andas curado? Le respondí: “obvio, es sábado”.  Me pidió que trabajara el domingo ya que la ciudad estaba bajo un incendio salvaje. En la mañana me mandaron a la Escuela Grecia, donde pobladores se agarraban a combos por un litro de leche o una caja de pañales.

Los cerros se siguieron quemando todo el domingo.

El siniestro dejó más de 2.900 viviendas destruidas, 12.500 personas damnificadas, 15 víctimas fatales​ y más de 500 heridos.

Después el alcalde Jorge Castro quemaría su carrera política con la ya famosa frase: “¿quién te invito a vivir aquí?”.

Y hace unos meses la misma historia, con más muertos y más casas destruidas, se repite en Viña del Mar y Quilpué. ¡Se quemó el Jardín Botánico con gente adentro!

No aprendimos nada en 10 años.

Estamos malditos por el fuego.

Ese fuego, que atrae y quema, que destruye y libera.

Es cuático el fuego, es cuático Valparaíso.


Ajenjo, otoño 2024

Etiquetas: